Servidores informáticos resistentes al agua: grados IP65, IP66, IP67 e IP68

Más del 80 % de los ciudadanos españoles tienen algún ordenador en casa. Así lo indica el Instituto Nacional de Estadística (INE), que también señala cómo ha aumentado el número de usuarios que realizan sus compras online. Al parecer, más de la mitad (casi el 57 %) ha adquirido productos y/o contratado servicios por Internet. Aunque los smartphones se han convertido en el dispositivo más usado en el día a día, los ordenadores siguen conservando sus forofos. Según  Global Market Insights, la mayoría los utiliza con fines comerciales (jugar en línea, completar tareas laborales…) y personales. En el pasado (allá por el año 2016), Acer, HP y Toshiba eran las marcas de PC más populares entre los españoles. Ahora, la situación parece haber cambiado: Mac, Dell, HP y Lenovo lideran el mercado global. A pesar de ello, todos estos dispositivos —incluso, los móviles— tienen algo en común: permiten acceder a páginas de toda índole. Esta realidad no sería si posible si no existieran los servidores.

Grosso modo, estos equipos informáticos almacenan el contenido de cada sitio web (textos, imágenes, vídeos, archivos de audio, hipervínculos…) de modo que el ordenador cliente —el del usuario que solicita acceder a todo este contenido anterior— pueda, efectivamente, visualizar la web. Los servidores, por tanto, también suministran información. A fin de garantizar su correcto funcionamiento, las grandes empresas tecnológicas utilizan agua para refrigerarlos. China, por ejemplo, tiene en mente construir un centro de datos submarino (de hecho, ya ha empezado a hacerlo). Por otra parte, Microsoft —que también ha efectuado pruebas de este tipo— señala al respecto que semejante inmersión favorecería la refrigeración de los servidores, que estarían cubiertos por un líquido dieléctrico (un líquido con una propiedad de aislamiento eléctrico que posibilitaría la conservación de los servidores en buen estado).

No obstante, las pequeñas y medianas empresas que ya disponen de servidores, y no pueden implementar medidas tan ambiciosas como las de China o Microsoft, tienen dos opciones: seguir confiando en la refrigeración convencional, utilizando en la medida de lo posible servidores de una determinada clasificación IP, y/o contratar los servicios de un fontanero en Granada que se ocupe de revisar periódicamente la fontanería, para evitar cualquier fuga de agua que dañe al servidor.

fontanero granada

Servidores con Ingress Protection: ¿cuál elegir?

El riesgo que existe de que el agua penetre en el servidor (lo que generaría daños considerables) condiciona la elección del grado de protección. El Ingress Protection indica la resistencia que un aparato electrónico ofrece a la hora de soportar agentes como la humedad, la suciedad, el polvo y el agua. En nuestro caso, nos interesa explicar los grados de IP65, IP66, IP67 e IP68.Como podemos observar, en cada caso, el IP se compone de dos dígitos: el primer número indica su capacidad para aguantar bien la presencia de sólidos (por ejemplo: el polvo), mientras que el segundo dígito señala su resistencia al agua. Por consiguiente, todos los dispositivos electrónicos que cuenten con alguno de estos grados de protección son herméticos al polvo; es el agua en lo que varían. El IP68, que es el que tiene el segundo dígito más alto, ofrece más resistencia que ningún otro grado de IP al agua.Enseguida, comentamos qué IP tienen los servidores que podemos encontrar por defecto en el mercado.

Servidores con IP65

Aunque, tal y como hemos comprobado antes, hay varios niveles de protección, cuando se trata de localizar un servidor en Internet con un grado de protección frente al agua superior a 5 es como buscar una aguja en un pajar. Lo habitual es encontrar modelos como el IoT SuperServer SYS-E403-12P-IPA2-C que comercializa Supermicro. Este servidor con IP65 podría soportar —sin dejar de funcionar correctamente— agua proyectada. Dicho de otro modo, es un modelo diseñado para evitar infiltraciones de agua en cantidades superiores a las de una simple salpicadura (IP64), pero en cantidades inferiores y menos potentes que un chorro (IP66).

Las otras clasificaciones soportan: chorros de agua potentes (IP66); inmersión durante 30 minutos, hasta 1 m como máximo (IP67), y una inmersión plena y sostenida en el tiempo (IP68). Si bien es cierto que, como apuntábamos antes, encontrar un servidor de esta clase no es una misión fácil, hay marcas como Lenovo que sí cuentan con servidores de IP superior a 65. El servidor COBALT™ 901 | 400 cuenta con un grado de IP67, lo que le permitiría resistir media hora bajo 1 m de agua.

Una solución más económica

En cualquier caso, estos servidores a menudo implican un importante desembolso de dinero. Probablemente, una alternativa más asequible sea utilizar servidores de IP65 (que protegen más que de una simple salpicadura) y, cuando se produzca una emergencia, recurrir a una empresa de fontaneros profesionales. También, quienes prefieran prevenir fugas de agua pueden realizar cada cierto tiempo una inspección a fondo de las tuberías; una vez cada 6 meses o una vez al año puede ser suficiente.

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